¡A comer se ha dicho! [11/03/2180]

El señor Connor se encaminó hacia la zona de servicio de la cocina, allí observó claramente como la despensa estaba llena de suministros y afirmaban las palabras que había dicho el capitán anteriormente.

- Pues sí que  están llenos de suministros – sonreía ampliamente y se giró observando a la Asari que parecía que también había decidido ir a llevarse algo al estómago.

James se incorporó y tendió la mano a la mujer – Me llamo James Connor, un placer ¿Indara? – esperó que la Asari estrechara la mano mientras la miraba a los ojos, no estaba muy acostumbrado a hablar con mujeres de esa raza pero sentía curiosidad por lo que había llegado a oír y es más tal vez la necesitaría.

Empezó a prepararse una ensalada con cierta variedad de ingredientes, bien completa - ¿Te apetece? – dice dejándola algo apartada por si la Asari quería y si así fuera, hacerla algo más grande y compartirla. Ahora se disponía hacerse un trozo de pechuga de pollo, el humano se desenvolvía bien en la cocina no era la primera vez que se hacía de comer.

- ¿Al final decidirás quedarte en la tripulación? Sí es así nunca viene mal un ayudante en la cabina de pilotaje – sonreía amablemente conociendo las edades que podían llegar a tener los individuos de aquella raza.

- ¿Tienes experiencia pilotando? – también quería informarse del currículum de aquella Asari, la verdad que tal vez su puesto como piloto podría peligrar aunque tenía la ventaja de que Red le había elegido a él.

El propósito del piloto era crear un ambiente de dialogo entre la Asari y el humano con la finalidad de charlar mientras preparaban algo para comer y así irse conociendo, James era también un desconocido para el resto de la tripulación igual que Indara.

- No soy nadie para decir que te quedes... pero si te lo piensas… me vendría bien tener a alguien más en la cabina – tenía como objetivo conocer a esa Asari, la verdad que James no necesitaba ayuda para pilotar la nave pero sí para solventar algo que le atormentaba cada noche.

Las idas y venidas del humano empecinado en servir el almuerzo para ella también le resultaba divertido.

Claro que había estrechado la mano del supuesto nuevo piloto, pero estaba más que segura de que no necesitaba repetir su nombre: lo había oído por fuerza, del mismo modo que ella el suyo. Así que respondió con benevolencia.

-Sí, es Indara, señor Connor.

¿Cuántos años podía tener? Eran tan tremendamente perecederos...como su propio padre. Le recordaba, claro. Era un hombre cariñoso, que la cuidó con tanto esmero...disfrutó del breve tiempo que su corta vida le permitió tenerle cerca. Papá...las marcas pecosas en su rostro era parte de la poca herencia que de él tenía. Luego, llegó Verdan, y con ella Syara.
No recordaba si su padre hablaba tanto en tan poco tiempo...si daba vueltas sobre el mismo concenpto de modo similar. Tampoco había vuelto a ver humanos, desde entonces.

Como quiera que estaba liado con la ensalada, optó por encargarse de lo que debía acompañarla, esa carne que había elegido. A ella, le daba igual una cosa que otra.

Quedarse en la tripulación...Ahora dudaba de si había oído algo de lo que ella dijera en el elevador, hace un momento, o de lo que fuera la respuesta del capitán. Así que, pacientemente, respondió.

-Creo que ha quedado claro antes que era una pasajera, y que ese es el trato que voy a recibir, señor Connor. Me ha parecido entender que usted se incorporaba a la tripulación. Y sí, se pilotar-no llevaba mucho tiempo haciendo de copiloto...según sus parámetros, pero si había que medir esa experiencia según el cómputo humano, a lo mejor más que él.

Repartió la carne cocinada en dos platos y, quitándole la bandeja de la ensalada de las manos, hizo lo mismo. Le devolvió uno de los platos y se quedó el otro.

Camino de la mesa, preguntó:
-¿Andabas buscando trabajo?

James agarró el plato que le ofrecía Indara – Gracias – dijo agradeciendo el gesto de la Asari mientras se sentaba en la mesa y se acomodaba.

Empezó a comer con calma, pero sin pausa – Mmmm… - una vez tragó la comida respondió a la pregunta  - La verdad que no, estaba viajando y me encontré con esta situación. Red es una amiga de hace tiempo y no podía negarme – mientras hablaba iba comiendo sin dejar de mirar a la Asari.

- Pero si te soy sincero, de esta manera puedo continuar viajando seguro que llegaré a lugares que solo no hubiera llegado – miró su alrededor – La nave está muy bien... – se pudo ver un gesto de nostalgia en su mirada – Y sobre todo está muy bien suministrada – cambió el tono a uno más alegre con una sonrisa dibujada en los labios, una sonrisa que era una máscara para lo que verdaderamente sentía.

- Por mi parte si quieres pasarte por el puente, donde está la zona de pilotaje. Puedes venir, creo que no es ninguno de los niveles en que el capitán te ha dicho que no vayas –

El joven piloto seguía comiendo –He escuchado que tenéis cierta facilidad con los poderes mentales, es algo que siempre me ha llamado la atención desde que era bien pequeño. ¿Sois capaces de leer la mente? ¿O indagar por la mente de alguien? – dijo observándola a los ojos.

Esperaba la respuesta de Indara mientras se iba acabando la comida y así saciar el hambre y relajar su estómago.

Cuando acabara de responder a las preguntas Connor se adelantó - ¿Cuando acabemos de comer te gustaría ir a ver el puente de mando? Mientras no nos llamen para la reunión podemos visitar la zona de pilotaje, estoy seguro que te gustará – sonreía, tenía que ganarse la confianza de la mujer y ella la suya. Lo que le quería pedir no era nada fácil, por lo menos para él.

Ah…la biótica. ¿Se estaba refiriendo a la unión, a la fusión de las asaris con sus compañeros? ¿a los impulsos entre ellas?
¿Qué otras cosas habría oído el humano de su especie? ¿Qué eran promiscuas, quizás? ¿Alguno de esos estereotipos creados en base a su apariencia femenina? ¿Esa cosificación de la que Quiona y ella se habían valido para poder hablar con total confidencialidad en el Kamaran?
La biótica debía despertar, sin duda, la curiosidad de espécies como la de aquel piloto, la de su propio padre.  No hacía mención de la capacidad con respecto al uso de los campos de masa…la telequinesis, los campos cinéticos, la distorsión. No parecía referirse a eso.

Claro que poseía el talento propio de su espécie. Pero la verdad es que el uso que ella hacía de la biótica no era comparable al que había podido percibir en Quiona. Aún le quedaba mucho por aprender.

Sonrió, con cierto cinismo. Tampoco es que fuera a sacarle de su error.

-No es exactamente así-respondió, acabándose su plato. Y optó por dirigir la conversación hacia el lado que le interesaba a ella.

-Me encantará ver el puente de mando de esta pequeña reliquia; tiempo debo tener de sobras, aunque puede que tú no tanto. Tienes una reunión pendiente-le recordó, remarcando el tono, para llevarle a recordar que ella difícilmente debía ser convocada a reunión alguna, puesto que no formaba parte de la tripulación. O lo mismo la sorprendían…desde luego, curiosidad no le faltaba.

Recogió los enseres que había utilizado

-Y bien, Connor. ¿me guías?

El rostro de descontento por la escasa información que consiguió sacar sobre la capacidad de la biótica a Indara se pudo ver reflejado como si fuera un libro abierto, durante escasos segundos; a continuación decidió animarse y no insistir en el tema, ya tendrá oportunidad.

James se levantó y empezó a limpiar los platos, cubiertos, vasos que habían utilizado – Es verdad la reunión. Bueno podemos aprovechar para hacer la visita hasta que me llamen, en el momento que requieran mi presencia me lo comunicarán – cuando acabó de dejar la cocina tal y como llegaron afirmó a la pregunta de Indara – Claro que sí, vamos – su voz era más animada.

Una vez entraron en el ascensor James presionó el nivel dos donde se encontraba el puente de mando, mapa de la galaxia, sala de conferencias.
Al salir señaló el centro de la gran sala ovalada donde había un mapa holográfica de gran tamaño en el medio, ignorando las puertas de izquierda y derecha – Aquí está el mapa de la Galaxia – seguía caminando dirigiéndose a una especie de pasillo que conectaba con el puente, caminaba poco a poco dejando que Indara observara el lugar.

Una vez llegaron al puente, James se colocó en un lado dejando que la Asari observara bien la zona de pilotaje de aquella nave – Está muy bien diseñada y tiene buen equipo. La verdad que toda la Valkyrie está muy bien cuidada, estoy seguro que el capitán dedica tiempo y esfuerzo en eso – observaba a la mujer pendiente del comunicador por si querían de su presencia en la supuesta reunión que se tenía que hacer.

- Indara – dijo para llamar la atención de la Asari – Para ser sincero, si necesitas buscar a alguien es mejor ir en grupo y cuando se presente la oportunidad; no conozco tu situación pero por experiencia… es mejor. La decisión es tuya, si decides unirte a la tripulación solo tienes que comunicárselo al capitán y cualquier cosa… bueno en el puente me encontraras – sonreía siendo amable, el primer paso era ganarse la confianza de Indara.

Se detuvo, de brazos cruzados, ante el mapa de la galaxia; la misma proyección en que, en su propia nave, había permitido que se diera cuenta del cambio de planes. El origen de su situación acutal, de que Syara hubiera sido raptada.
Aceleró el paso para no quedarse rezagada, ya que Connor avanzaba pasillo adelante.

-¿Cuántos días llevas aquí?-si era el sustituto de Darell, no podía llevar mucho… ¿cuánto había dedicado aquel grupito a buscar a su traidor?-¿te han contado algo de tu predecesor?. A quien conoces es a la chica llamada Red, ¿verdad?. Tu amiga tiene un comportamiento algo peculiar, ¿no es cierto?

Una pregunta tras otra, mirando a lado y lado, curioseando hasta entrar en puente de mando.

-Vaya…-se acercó, y se sentó en la butaca que correspondía al piloto, recorriendo más con la vista que con la mano extendida, puesto que no llegó a tocar nada, los mandos ante ella.
Buscar a alguien…
Se giró de golpe hacia Connor, apoyando las manos en los reposabrazos e inclinándose un poco adelante, al tiempo que fruncía el ceño, recordando de nuevo el rostro de su compañera.
-Habrás oído decir que las asari solemos ser entrenadas en pareja. Yo he perdido a mi compañera. Más bien, la han raptado. ¿Te parece más sencillo encontrarla contando con un grupo? Bueno, pongamos que tienes razón, y que el hecho de que yo haya emprendido la búsqueda sola resulta poco práctico. Dime, Connor… ¿qué planetas comercian con más asiduidad con batarianos? ¿qué planeta es la mejor opción para un traficante de esclavos?

Quizás el joven James la sorprendiera, y realmente hubiera viajado lo suficiente como para poder dar respuesta  a esa primera pregunta. Ella, en sus 142 años de edad, a duras penas había abandonado Thessia en dos brevísimas ocasiones.

- Un día en la nave y unos pocos por Omega. Pues la verdad que no me han contado mucho del antiguo piloto, simplemente que traicionó a la tripulación y nada más. El ambiente está un poco tenso y tampoco quiero indagar mucho en el tema, supongo que en la reunión aclararán todo -

El humano se quedó mirando a la Asari mientras ella se sentaba en la butaca del piloto, en el momento en que se giró la miró a los ojos, percatándose de como fruncía el ceño y como se inclinaba hacia delante.

Escuchó con suma atención las palabras de Indara.

El joven Connor apartó la mirada mientras recordaba sucesos pasados, la masacre, el contraataque, el reconocimiento y el ataque final.
- Batarianos… sucios batarianos – murmuró por lo bajo, parecía que se había sorprendido al escuchar a esa raza o no hubiera caído en algo, levantó la mirada con intención de responder.

- Tengo entendido que las Asaris militares van en parejas, lamento que te separaran de ella – la sinceridad era absoluta – Si vas a enfrentarte a Batarianos, vale más que empieces por conocerlos – decidió ponerse cómodo en una de las butacas del puente – Supongo que sabrás que son nativos del planeta Khar’shan, un lugar un tanto caótico e inaccesible, así que olvídate de visitar ese planeta y más una asari, que no es que tengáis mucha estima vosotras con los batarianos. Si te consuela, yo no tengo ninguna – las últimas palabras fueron frías, la mirada carente de sentimientos, una mirada neutra, muerta – Suelen moverse por el Sistema Terminus, dónde nos encontramos en estos momentos, un lugar ajeno a la administración del consejo de la Ciudadela, por lo tanto, una zona independiente. Los batarianos son como alimañas, piratas y lo peor de todo que se agrupan en múltiples grupos, en bandas y suelen comerciar con planetas de esta zona -  James se levantó, recuerdos le bombardeaban la mente igual que la conversación de hoy con Red.

- Si decides unirte a la tripulación te ayudaré a buscar a tu compañera y tal vez, tengas las habilidades necesarias para solucionar un problema que tengo, por eso el interés en la biótica – tampoco iba a explicarle todo el problema, ni su relación con los traficantes de esclavos no tenía su confianza y ya había revelado mucho. Pero... él no podía encontrar a nadie, todos estaban muertos y si podía ayudar a alguien y dar por culo a esos hijos de puta ¿Porqué no? Dos pájaros de un tiro.  

- Si tuviera que poner una mano en el fuego por un lugar donde ellos puedan comerciar mejor, ese lugar sin duda es este… Omega – sus palabras salieron de sus labios mientras señalaba el exterior del puente, por los cristales que dejaban ver la zona de Omega, un refugio para criminales y terroristas.

Para nada hizo ademán de devolverle el asiento al que parecía ser su nuevo propietario. Además, como el chico ya se había sentado en otra butaca, pareció claro que no le molestaba que le usurpara el sitio durante un rato.
Se dedicó a observar los mandos de la nave, mientras le escuchaba.

-Parece ser que el anterior piloto es todo un misterio entonces, ¿no? Quiona, la asari de la tripulación a la que te acabas de unir, le buscaba encarnizadamente. Aunque tengo la…ligera sensación de que con menos, como decirlo, con menos mala leche que los demás.

Posiblemente, Quiona hubiera tenido la capacidad de solucionar lo que fuera que les hubiera hecho. La matrona volvía a gozar se su respeto. ¿quién sinó una matrona de su espécie tenía  habilidad diplomática suficiente para llevar a buen puerto una situación tan tensa como aquella?

Planetas de esta zona…Bueno, era un comienzo. Asintió, mientras escuchaba, aunque mantuviera la mirada sobre los comandos de la nave.

Y luego se giró hasta el humano.

Le había oído decir con esta ya un buen par de ocasiones lo de unirse

-A ver, Jammes Connor. Puede que me equivoque mucho, obviamente. Pero me resulta un tanto…sorprendente oírle afirmar a un recién llegado, que acaba de ser aceptado en la tripulación, que el capitán va a aplaudir que de pronto yo quiera añadirme también. Creo que no estás en disposición de asegurar tal cosa. Además, de momento, aún hay que salir de aquí. ¿Sabes quién es Garra Negra? Un krogan, distrito Kenzo. Por lo visto se ha “perdido” algo que le traían, y les reclama en compensación esta misma nave que tú tienes que pilotar. Así que…por lo pronto hay que ver como solucionan eso.

Hizo una pausa, levantándose de la silla y volviendo al plano de la Galaxia.

-Y en cuanto a la biótica, yo juraría que no es algo que conozcas demasiado bien. Sin ánimo de ofender. Pero dime, ¿en qué crees que puede ayudarte?

James prestó atención a las palabras de Indara, no por la posible relación entra el antiguo piloto y Quiona, sino porque parecía ser que había otra Asari en la nave.

La Asari no se equivocaba, no estaba a ciencia cierta de que el capitán la aceptaría, tenía razón pero toda ayuda vendría bien a la tripulación.
- Ese Garra Negra creo que es el líder de una organización que hay en Omega, una de las más influyentes y tiene un “grupo” bastante considerable, en número – fueron sus palabras sobre aquel Krogan.

- Pues parece que sí que la tripulación tiene un serio problema. Esperaremos a ver que dice el capitán, tú tienes la decisión de no participar en nada y tal vez eso te beneficie porque si pinta así, la instancia en este lugar de la galaxia va a ser movidita –

Niega con la cabeza - ¿La nave como recompensa? – se ríe – Por lo que puedo deducir de esta tripulación es que son un número reducido y si llevan tiempo haciendo este trabajo, es porque se desenvuelven bien en estos temas y dudo que entreguen la nave así como así -  

James seguía a la Asari hacia el mapa de la galaxia escuchando su siguiente pregunta.

- Es algo… un poco personal, tengo entendido que las Asaris sois capaces de leer la mente o ver la mente del otro. Por las noches tengo los mismos sueños, visiones, recuerdos… no sabría describírtelo – decía pensativo, recordando aquella voz – Pero lo primero es el problema que tiene la tripulación con Garra Negra, si salimos vivos ya te contaré más sobre el mío – dijo mirándola a los ojos.

- Qué raro que aún no llamen para la reunión – James ya empezaba a dudar si se habían olvidado de él y en ese momento su omniherramienta empezó a parpadear – Que casualidad… ¿Tendre habilidades para predecir el futuro? - comentó en tono bromista para romper el hielo de la anterior conversación. acabó de leer el mensaje de Red, parecía que lo llamaban para la reunión.

- Mmmm… al nivel 3 – murmuró para si mismo - Indara ven conmigo, por mucho que no seas de la tripulación pienso que debes de estar al tanto de lo sucedido si vas a estar en esta nave. La última palabra la tiene el capitán y la reunión se hace en un nivel donde tienes permisos para estar, por lo que… puedes probar suerte – dijo a la Asari por si quería acompañarle al nivel  3

-¡Leer la mente de otro!-estalló en risas, sin saber muy bien si le estaba vacilando o de verdad se había quedado en eso-¿quién te lo ha dicho? ¿Alguien que se vanagloriaba de haberse metido en la cama de una asari?

Le miró, con gesto benevolente. No parecía mal tipo; debía estar, simplemente equivocado. Se guardó las mil y una que podría haber soltado sobre la jodida manía de babear por su especie, sólo porque tenían apariencia femenina. El tipo que le hubiera dicho que cualquier asari leería su mente encantadísima, se había lucido.

Se cruzó de brazos y se apoyó en la pared de la cabina.

-Vamos, que te refieres a la fusión. Las asaris envían y perciben impulsos nerviosos de su pareja durante el coito; armonizamos nuestro sistema nervioso con el de nuestro compañero y, claro, percibimos parte de sus pensamientos, sí.-explicó, pacientemente- No se me había ocurrido verlo como parte de un psicoanálisis. Creo, creo eh Connor, que vas a necesitar otro procedimiento para interpretar tus sueños, por interesantes que te parezcan. ¿Has probado con la hipnosis?
porque la posibilidad de que tuviera algún tipo de habilidad biótica y pudiera él controlar sus impulsos nerviosos...ni de coña. Revivió un instante las imágenes que le hiciera percibir Quiona horas antes, en el Kämaran.

Podría haberle contado en qué sí consistía esa habilidad biótica, pero por lo visto le llamaban ya para la reunión.

De nuevo, la invitaba a unirse a la tripulación.

No había llegado allí ella con intención de que le dieran trabajo, y en consecuencia había actuado el capitán; que, por otra parte, no se podía negar que era bastante cumplidor no ya con su palabra, sinó con la de otro miembro de su equipo.
No le hubiera importado formar parte de un grupito como aquel, desde luego. No lo descartaba. A simpel vista, resultaban interesantes y su ir y venir por la galaxia le podía aportar conocimiento. Pero, entonces ¿qué pasaria cuando encontrara a Syara?. No se trataba de dejar colgado a nadie...era delicado.

Acompañarle a la reunión; de nuevo consideraba que no era su lugar, puesto que las restricciones para los pasajeros bien debían incluir los problemas de mayor envergadura de la valkyrie, peeeero...-otro pero-pero siempre había sido algo cotilla, y podían pasar dos cosas:
*una, que le cerraran la puerta en las narices, y pudiera decirle a Connor “¿ves?...ya te lo dije”, o
*dos, que la dejaran entrar y llegara comprender qué era lo que les había pasado exactamente allí.

Recordó a Garra, a los energúmenos que le rodeaban y la sensación de no salir viva de aquella.

Joder. Si había pasado el mal rato con ellos, bien podía saber también qué solución le iban a dar al krogan.

-Venga, te acompaño.-concedió, empezando a andar.