Tanteando el terreno [11/03/2180] (Puesto de mando)

No, no había tratado con muchos de su espécie, y la seriedad de aquel en concreto-sí, sí, como la de la mayoría de los turianos, pero también eran las asaris mucho más reflexivas y, de momento ella…quizás la edad lo curaría. Seguro- la llevó a comportarse igual que si hubiera tenido a Verdan delante.

Además, agradecía la atención recibida. estaba segura de que el turiano hubiera preferido mil veces seguir a sus compañeros, o desaparecer un rato, para ordenar sus ideas, que tener que hacerle de guía a ella.

Levantó la cabeza, para observarle bien, mientras la conducía al puente de mandos, y no dijo nada hasta que hubieron llegado.

-Sí, ya he coincidido con el nuevo piloto de la Valkyrie. Y ya he estado aquí; hace un momento, antes de la reunión. Me trajo él.

Esta vez, no se sentó en la butaca del piloto, aunque lo hubiera hecho encantada.

Y sonrió, procurando ser amable; más ocupada en no meterse, como de costumbre, en donde no la llamaban, que en otra cosa. No quería empezar ya con mal pie. No era momento de dar problema alguno.

-La piloto de mi nave solía permitir que tomara los mandos, a su lado, en la cabina, porque sabía que me encanta contemplar la galaxia desde aquí. Llevar la nave no supondrá ningún problema.

Pensó en más de un grito a su espalda, y en algún que otro manotón para obligarla a reducir la velocidad…eso no sería problema aquí, ¿verdad? En caso de necesitarla Connor, lo más probable es que se debiera justo a eso: a la necesidad de desaparecer de inmediato de donde estuvieran…

-Estaba siendo formada como exploradora-explicó-deberé acostumbrarme a moverme sin mi compañera; cada grupo se defiende y ataca de un modo distinto. ¿Quienes de esta nave tienen formación militar? Se que nuestro modo de operar no tiene nada que ver con la organización de otras especies. Necesitaré adaptarme, pero eso será todo. Aprendo rápido. No te preocupes. Dime qué necesitáis que haga, y me pondré a ello.

Contrajo el gesto, un instante. Lo que seguro que no soportaría por mucho tiempo más era la inactividad

Y sonrió, amable

-Oye, siento el despiste, si es que os presentasteis al llegar a la reunión, pero diría que no. ¿cómo te llamas?

-De acuerdo-asentía, atenta y cuidadosamente. Esa expresión, esa tranquila serenidad de aquellos para los que las circunstancias son las que son, se aceptan y se afrontan…le pareció, de pronto el turiano reconfortante. Como si nada más allá de lo cotidiano pudiera pasar. Eso, justo mientras la advertía del peligro que se les venía encima, de lo que podía ocurrir durante sus primeras veinticuatro horas en aquella nave, con aquella tripulación.

No tenía nada que ver, nada en absoluto. Ni la misma raza, ni un modo similar en sus actuaciones…pero le sonó tan protector, que le recordó a su padre. Salvando una galaxia de distancia, si tal expresión era posible, Orphen le trajo el recuerdo de un padre muerto hacía ya años, por la propia fugacidad de los miembros de su espécie. Y eso la llevó a divagar, a asentir simplemente a lo de las armas y la armadura-ella conservaba la suya, y no tenía ahora muy claro qué pedirle a Quiona, pero por supuesto iría a verla-y a perderse en otros pensamientos, distintos. Los lazos que parecían unirles a todos, allí dentro, pero que no respondían a lo que para ella era habitual. Pues, después de todo, estaba bastante más acostumbrada a tratar con su propia espécie que con otras, y ellos, el “se convierte en tu familia” que tan vehemente afirmaba Orphen, no dejaba de intrigarla.

Pero fue la referéncia, nuevamente, a lo que ella buscaba, lo que acabó de sumirla en esos pensamientos, que se alejaban por momentos de Garra, de lo que fuera que quería, y de lo que podría pasar o no mañana. La llevaban desde los días en su casa, hasta los que vendrían después. Pensó en su madre, en Verdan y en Syara, una tras otra.

Finalmente, centró la mirada en el turiano, alzando la cabeza. Pero no hizo mención alguna a su compañera.

-¿no tienes famíla, Orphen?-preguntó, curiosa- quiero decir, hijos. ¿los humanos de esta nave, son familia entre sí? Vi a esa chica, la del pelo rojo, la del implante, llorar en la reunión. Estaba o parecía más afectada que el resto. ¿Era Darrell familia suya?

Plam.
La expresión cayó sobre ella como una bofetada, se sintió sumamente estúpida, pues era evidente que había removido viejas heridas y nada se encontraba entonces más lejos de su intención.

-Lo siento-musitó, decidida a mantener la boca callada al menos un poco más.

En esta nave todos tenemos un pasado, en muchos casos, enterrado para siempre. Pero la Valkyrie se ha encargado de recogernos a todos y cada uno de nosotros, para darnos una segunda oportunidad como guerreros caídos en batalla, ¿Entiendes?

Sí, entendía. Todos huían de algo. Todos tenían qué ocultar. Si lo pensaba fríamente, parecía hecha para ella. Pues a fin de cuentas, la culpable de la desaparición de su compañera también era ella.
¿Sería el destino, los designios de la Diosa, o mera casualidad?
Por un instante, pensó que jamás llegaría a salir de aquella nave; que estaba en el lugar preciso, y puede que en el momento preciso.
Asintió. Lo sabía. Eso era algo que ya sabía. No la unían lazos de sangre a Syara, pero pensaba recorrer la galaxia hasta encontrarla.
Entonces, desvió la mirada hasta la butaca del piloto y, en un par de pasos ligeros y precisos, se sentó ante los mandos de la nave.

-Orphen. Esa mercancía no os interesa. Estamos todos a bordo. Garra nos ha dado un tiempo…escaso, pero suficiente

Llevó la mano hasta es panel de encendido, y clavó al mirada en los ojos del turiano

-¿qué nos impide, simplemente, salir de aquí en este preciso instante? Soy rápida; y la nave, estoy segura de que responde bien
Lo dijo con total convicción, como si fuera la mayor obviedad del mundo.

-Pero Shadi no…?
La pregunta quedó en el aire; y no hizo sino levantarse. Hubiera sido sencillo; antes de que nadie se diera cuenta, la nave habría despegado.
La pregunta…cierto; no había respondido. Se levantó, al sonido, y le siguió sin chistar.
¿Por qué narices le recordaba de pronto aquel turiano a su padre? ¡Si su padre era humano! Es más, nunca tuvo tal autoridad sobre ella…
Hubiera preferido limitarse al “mi compañera ha sido secuestrada” pero de pronto, se encontró contándole a Orphen lo que no debiera.
-Salimos de Thessia, camino de la Ciudadela. Mi compañera y yo, viajábamos hasta allí por segunda vez. He pasado en Thessia la mayor parte de mi vida. Mi compañera, la asari con quien formaba pareja, es hija de la compañera sentimental de mi madre. Algo así como una hermana para mí-hizo una pausa, apoyándose en la pared, negándose a caminar más tras el turiano, mientras narraba a toda velocidad-Syara, se llama. Bueno, lo cierto es que nos dimos cuenta de que nos desviábamos de la trayectoria, que nos estábamos dirigiendo aquí, a hacer escala, y nosotras no teníamos idea de porqué. Culpa mía. La que siempre quería saberlo todo, era yo. Abandonamos la nave a escondidas, siguiendo algo que descargaban de ella. No logramos averiguar el qué. Pero sí llamar suficiente la atención como para que un grupo nos viera. Parece ser que las asari seguimos siendo más que codiciadas en infiernos como este. En resumen, la perdí. La raptó un batariano.
Se miraba las manos, compungida, enlazando y desenlanzando los dedos
-Estuve unos días en un local del distrito Tuhi, como bailarina. Allí conseguí enterarme de que no la habían vendido aquí; parece ser que vieron a …a “una como tú” me dijo un habitual del Kamaran, literalmente arrastrada a una nave que despegó.
A medida que se explicaba, el tono se difuminaba, se aceleraba, se tornaba difícil de entender, muestra clara de un creciente nerviosismo mal llevado
-Así que…no tengo ni idea de por donde empezar
Apretó los labios, formando una finísima línea.
-Es como buscar una aguja en un pajar; pero la encontraré, por la Diosa que lo haré.
Para cuando acabó la aceleradísima explicación, la lágrimas brotaban de sus ojos.

Dió un respingo, e hizo un intento apresurado de cambiar de tema
-¿sólo está Quiona, en la nave? asari...quiero decir; ¿cómo ha llegado ella hasta vosotros?

Asintió, un par de veces, enjuagando aquellas lágrimas. Había que centrarse en lo más inmediato, sí. Y lo más inmediato era ver que aportaba ella a la que se imaginaba sería una apresurada salida del cometa. ¿Qué debía pretender el capitán? ¿qué solución le darían a Garra, si es que pensaban darle alguna?

-Bien-fue cuanto acertó a responder.

Aquí nunca hablamos del pasado…

-¿Entonces, yo no debo hacerlo? ¿no he de repetir esto que te he explicado?-el razonamiento era lógico, así se lo parecía. Si la Valkyrie se nutría de tripulantes cuya vida pasada permanecía en la oscuridad de manera pactada, era de esperar que ella actuara de igual modo.
Pero no se sentía capaz. Era imposible no hablar, para ella. De su vida, de la de los demás…¿no saber nada-por nada entendía justo aquello que no parecían irle a contar jamás-de sus compañeros? Uf. Qué complicado.
Sacudió la cabeza, y apresuró el paso tras Orphen

-¿Y qué hago ahora, por donde empiezo, qué necesitáis?-lo de las armas no debía ser inmediato…algo habría más, más… ¿urgente no? Quizás preciso.

-¿Puedo ver ahora esos niveles a los que no debía acceder antes? Imagino que un inicio es no perderme aquí dentro; de poca ayuda voy a servir si no sé ni dónde me encuentro, ¿verdad?
Y mientras hablaba, atropelladamente, la escueta pero clarísima descripción otorgada a Quiona fue repitiéndose en su mente.


Quizás fuera la guía que necesitaba en ese momento de su vida.