Toc, Toc [11/03/2180] N1 [Camarote del Capitán]

El volus salió de ascensor y se situó frente a la puerta. Repasó mentalmente todo lo que tenía que contarle a Winters. Era consciente de que en esos momentos, la situación era crítica, pero también lo era que recibiese la información que iba a decirle. Pulsó el botón del comunicador que había al lado de la puerta de entrada los camarotes, y marcó la extensión de Jason.

- Capitan, soy Draaku. Lo primero, es decirle que lamento profundamente lo que ha sucedido entre Shadi y Darren. Y lamento que toda la sucesión de acontecimientos no le haya permitido tener un duelo en paz.

El volus guardó silencio un instante, y prosigió

- Me resulta infame robarle su tiempo pero... tengo que hablar con usted... En privado. Le veo en su camarote en cuanto pueda; le espero en la puerta. Soy consciente de que ahora mismo todo es importante, pero... esto también. Tengo información esclarecedora sobre un miembro de la tripulación, y lamentablemente no puedo delegarlo: Solo puedo tratarlo con usted... en persona.

Solo restaba esperar.

- Está bien. - Había sido la única respuesta que había recibido del humano antes de cortar de nuevo la comunicación.

Y allí le estaba esperando el volus, ante la cabina del capitán, al final del pasillo que conectaba todas las demás cabinas de la tripulación. Ya era tarde, de no ser porque en aquel asteroide había una perpetua oscuridad nocturna, ya se encontrarían en noche cerrada. El krogan ya se había marchado, había discutido ciertos detalles de lo que ocurriría mañana con los suyos, y tan solo quedaba esperar y aguardar. Ya solo les quedaba descansar, si es que los más novatos en conflictos directos podían resistir los nervios y lograr pegar ojo. Él había decidido seguir malgastando su tiempo en la preparación de las armas, junto a Orphen, para mantener la cabeza ocupada. Pero la petición del volus había llegado cuando se disponía a ello. Lo recibió ante las compuertas de la cabina y con un cabeceo le hizo una señal para que entrase, mientras él mismo se adentraba.


La cabina no era de gran tamaño, tan solo un poco más grande que el resto, y apenas era apreciable la diferencia salvo, tal vez, al amplitud donde se encontraba una terminal a la que acceder a cualquier información referente a la nave. La cama estaba deshecha, como solía ser costumbre, y el capitán invitó al volus a sentarse en el asiento que se encontraba ante la pantalla semiholográfica del ordenador. Él, por su parte, dejó caer parte de su armadura en el suelo mientras se frotaba las muñecas, quitándoles la tensión a la que se habían visto sometidas mientras había llevado uno de los guanteletes. Con la puerta del minúsculo baño abierta, abrió el grifo y empapó una pequeña toalla, que se pasó por la cabeza y depositó sobre sus hombros mientras comenzaba ya a dirigirse de nuevo hacia el tripulante.

- Bueno, dime que es eso tan importante que tenías que comentarme... con relación a uno de nuestros tripulantes. - Se mantuvo de pie junto a la cama, frotando ahora parte de la toalla empapada por su nuca. - No sabía como tomarme el que tuvieras que hablarlo conmigo en privado.

- En serio, despues de descubrir la traición de - comenzó a hablar en un tono más bajo - Darren... ¿no entiende que ande con recelo? Está usted más confiado de lo habitual, Capitán.

Se sentó sobre la cama del capitán. Esta se hundió bastante al recibir el peso de Volus y el de su traje medioambiental. A pesar de tomarse esta confianza, siguió hablandole de usted a Winters, en un gesto de respeto formal.

- He escogido esta habitación porque la tripulación solo puede entrar cuando está usted presente, y por lo tanto será la más segura a escuchas y la que sea menos probable que esté saboteada. Me parece el lugar más indicado para contarle algo que va a quedar, por el momento, entre usted y yo, Jason.

Clavó los puños en el borde de la cama, cabizbajo, en eun claro gesto de no-se-como-contarle-esto-exactamente. Alzo la vista y miró a winters a los ojos.

- Lo de Criso fue un paripé. Criso sigue trabajando para la Valkirye, realmente nunca le ha desafiado, y tampoco nos ha abandonado.

Dio unos instantes para asimilar la bomba y prosiguió:

- He hablado con ella por el comunicador codificado que uso para mis asuntos. Es el sistema criptográfico más seguro e inalterable de la nave, y por eso ha contactado conmigo y no con usted. Actualmente está usando al humano borracho de tapadera, indagando información sobre Garra Negra en lo más profundo de Omega... ahora que está aparentemente desligada de nosotros. No me gusta nada pensarlo, pero está haciendo de espía... y ahora que es público que ya no es uno de los nuestros, tal vez consiga que se le abra alguna puerta que para nosotros habría permanecido cerrada. Lo que pasó cuando vino con el humano era lo que cabía esperar. Bueno, usted no suele ser tan tajante, pero cuando me enteré de lo que pasó con... Shadi... Bueno, lo comprendo, la tensión, los nervios a flor de piel, y las pocas ganas de tonterías. Pero todo salió bien, ante los ojos de todos.

Draaku se levantó y se acercó a Jason.

- Criso es consciente de que la nave ahora puede partir sin ella, pero no podemos abandonarla. Está haciendo mucho más que lo que se esperaba de ella como mecánico. Está poniendose en juego por toda la tripulación... Cabe decir que yo tampoco lo sabía hasta hace un momento. Pero estoy seguro de que ella vio... algo. se percató de algún detalle... Tiene su memoria eidética de Drell muy desarrollada, se da cuenta de todo, y ya sabe lo desconfiada que puede ser... e improvisó. Ella sabía que un desacato de esa magnitud era un pasaporte obligado de salida de la nave, estoy seguro.

hizo una pausa, y junto sus manos, apoyando los dedos uno contra otro en un gesto pensativo.

- Espero que entienda que las paredes escuchan... más aún ahora que tenemos tripulación nueva. Si, ahora soy yo el que desconfia de todo: Estoy convencido de que entenderá que esta información debe quedar entre nosotros dos... y que cuando salgamos de aquí tenemos que garantizarle un transporte seguro de vuelta a Criso. Usted más que capitan ha sido siempre un compañero. Un compañero fiel... uno de los que no abandonan a los suyos.

Tragó saliva. No debía haber dicho eso. No despues de lo que acababa de pasar con Shadi.

- No tengo razones para no confiar en ellos. - Respondió encogiendo los hombros, a sabiendas de los recelos que había guardado siempre el volus y de su extraño concepto de camadería, tan diferente a la del resto, según se había esforzado siempre por mostrar.

Seguía frotándose la nuca con la empapada prenda, y se detuvo, quedándose en esa posición durante unos segundos, al escuchar las palabras de Draaku. Ya había empezado no oliéndole bien que el volus buscara tanta privacidad, tanto secretismo. A mitad de discurso del volus, el capitán dejó caer la toalla a un lado de la cabina y le dirigió una severa mirada al comerciante.

- ¿Y por qué coño no me lo habéis dicho? - Preguntó, denotando enfado en su tono de voz.

Negó con la cabeza, mientras se giraba y daba algunos pasos por el camarote, visiblemente contrariado. ¿Qué ventaja se podía sacar de estar engañándole? Si Criso pretendía jugar a los espías simplemente podía haberlo dicho, y si aquello era un maquiavélico plan él debería de haberlo conocido desde el principio. ¿Qué ocurría, acaso ya no confiaban en él? Criso estaba cometiendo una estupidez y el volus estaba cometiendo otra más grande manteniendo el secreto. En cierto modo, agradecía el gesto del tripulante. Pero aquello no servía para que enfado desapareciese.

- Contacta con ella inmediatamente. No va a seguir jugando a los espías, y menos aún cuando lo único que va a lograr es que la maten; el asunto de Garra Negra va a solucionarse mañana, para bien o para mal. Y voy a hacer todo lo que está en mi mano para que sea para bien. Pero ahora, contacta mediante ese sistema tuyo. Yo mismo hablaré con ella acerca de la estupidez que está haciendo, por bueno y respetable que sea el gesto.

- Pero... Winters, eso no funciona así. No es un sistema de conferencia. Puedo prepararlo para que envie un mensaje, si así lo desea, pero no funciona como la comunicación tradicional.

Realmente el Volus no estaba mintiendo a Winters: La comunicación se estaba realizando de forma unidireccional.

- Pero estoy de acuerdo, debemos de avisarla ya mismo de que vuelva a la nave. A mi me intranquiliza tanto como a usted. Deme unos pocos minutos para que prepare el sistema y nos vemos en la bahía de ingeniería. - Respondió entre evasivas. Con suerte tendría un momento para enviar un mensaje a Criso indicandole lo que estaba pasando... O al menos diciendole lo que necesitaba oir.

El volus hizo unas paródicas reverencias con la cabeza mientras, caminando de espaldas, buscaba nervioso la salida del camarote. Tenía mucho que hacer en esa noche. Primero, antes que Winters, comunicar con Criso y hacerle entender lo que había trameado. Segundo, investigar lo que habia pasado estos días... Al decirlo en voz alta hace se había dado cuenta de ello: Si Darren, que llevaba ya tiempo con ellos, había resultado ser un traidor... y si un compañero le habia descerrajado un tiro en la cara. ¿en quien más se podía confiar? ¿que había pasado con el piloto? El volus comenzó a temer por su integridad. No se sentía seguro pensando en que él podia no ser el perro más mentiroso de la nave.

Sintió un vacio extraño en su interior. Estimaba la compañia de la Drell... Era, posiblemente, la más desconfiada de la nave despues de él. Probablemente la única a la que el volus confiaría sus temores.

- Una cosa más, Winters... Abstengase de comunicar por su cuenta. Si ella ha contactado conmigo a través de este sistema, será por algo. Prefiero que pequemos de prudentes  y lo hagamos a su manera. En un momento lo tendré todo prepararlo. - Dijo, esperando un gesto de aprobación para salir por la puerta.

Spoiler:

El capitán asintió a las palabras del volus, comprendiendo. Lanzó la pequeña toalla encima de la cama, tomando una de las sudaderas que solía usar si movía cómodamente por la nave.

- Vamos, entonces. Si es la vía más segura usémosla entonces. - Salvó la distancia desde la que se encontraba hasta la compuerta de la cabina, indicándole también al volus que lo acompañase. - No perdamos más tiempo.

Las compuertas se abrieron y el humano las atravesó, acompañado del volus. No terminaba de entender qué pretendía exactamente Criso con todo aquello, ¿desde cuando le habían dado aquellos arrebatos de heroísmo? ¿Y más aún, por su cuenta? ¿Qué sentido tenía aquello? Aunque, visto así, también se preguntó qué sentido había tenido su rabieta y su dimisión como tripulante de la Valkyrie. No conocía en exceso el estado emocional de la drell, tan solo lo que ella había dejado mostrar, y eso le valía. Todos tenían presente que en aquella tripulación nadie se metía en la vida o el pasado de nadie, sobre todo el capitán... ya que él mismo ni siquiera había entrado en detalles acerca del suyo. Solo Shadi y Quionia sabían de él, y tan solo pocas pinceladas más de lo que podía saber cualquier otro de ellos.

Spoiler:

Se detuvo de inmediato al encontrarse con la muchacha, observando por unos instantes los detalles que delataban que había estado llorando recientemente y escuchando sus escuetas palabras. Si, comprendía por lo que tenía que estar pasando, y con todos los problemas que tenía casi se había olvidado de preocuparse mínimamente por su estado. Esperaba, de todas formas, que algún otro compañero se hubiera ocupado de ello.

- No te preocupes, entra. Espérame en la bahía de ingeniería, Draaku, enseguida estaré allí. - Le hizo un gesto a Red para que entrara, al tiempo que dejaba espacio para que el volus cruzara y se pusiera en camino hacia el lugar fijado para la comunicación.

Una vez estuvo dentro, volvió a cerrar la compuerta de la cabina, quedándose plantado justo delante mirando en dirección hacia donde la humana tomaba asiento.

- Se que tiene que ser duro para tí, Red. Lo está siendo para todos. No te creas que porque estoy de aquí para allá todo esto me está siendo ajeno o lejano. Precisamente me está ayudando a sobrellevarlo mejor. No es fácil, nada fácil... - Se encogió de hombros, mostrando una entereza que la muchacha no poseía y que, aunque no del todo fingida, intentaba ser inspiradora. - Ahora tienes que ser fuerte, ya sabes lo que se nos viene encima y la importante tarea que tienes. Te necesitamos al 100%, Red.

Sus ojos se entrecerraron, y aunque se había movido para volver a agarrar la toalla de la cama, se paró en seco. Durante unos segundos se quedó como estaba, y luego su mirada se desvió hacia la chica. Se había encogido como un armadillo, como si quisiera que a su alrededor existiese un escudo, un gran campo de fuerza, que reflectara absolutamente todo lo malo que pudiese pasarle. La dejó terminar, y el silencio que vino después se hizo interminable.

- ¿Tú también? - Se limitó a preguntar, en voz baja pero decidida. Alzó el mentón, mirando el techo de la cabina mientras aspiraba aire lentamente por sus fosas nasales. Después, lo dejó escapar. Ella no le miraba y él volvió a limitarse a quedarse en silencio, sin saber muy bien qué decir. - Pues... supongo que... sí, está bien. Sabes perfectamente que si quieres marcharte, eres libre de hacerlo.

La labor eficiente de un capitán, en este caso, sería sopesar los pros y los contras de lo que acababa de ocurrir. Un buen capitán analizaría el cómo perdían un valioso tripulante que, además, llevaba a cabo una labor difícil de encontrar en una nave mercenaria. Una labor que no todo el mundo sabía hacer y que, obviamente, sería difícilmente reemplazable. Pero parecía que ahora mismo a Jason le importaba ser buen capitán lo mismo que podía interesarle el tiempo que hacía hoy en su ciudad natal.

Se mantuvo en silencio, parado de pie donde estaba.

- ¿Cerberus? - Preguntó, de sopetón. Se había vuelto pero, tras eso, volvió a encarar a la muchacha y clavó su mirada directamente en ella. - ¿Te lo has pensado bien? ¿Estás segura?

Cerberus. Era curioso como un simple nombre podía acarrear consigo tal torrente de sentimientos e ideas. Por un momento toda preocupación con respecto a la partida de Red desapareció, y todo se centró en su seguridad. En lo acertada o no que era la decisión que estaba tomando. Salvó la distancia que había entre ambos y agarró a la chica por los hombros, para que prestara completa atención a lo que le decía.

- Red, piénsatelo. Eres libre de hacerme caso o no, pero escúchame, no vayas con Cerberus. ¿Me has oído? - No la sacudía mientras hablaba, pero si que sus manos se habían cerrado con algo más de fuerza de las que debía en sus hombros, y su mirada, severa, seguía clavada en la de la muchacha. - Aléjate todo lo que puedas de ellos.

Durante todos estos años, la animadversión del capitán por el grupo prohumanista había quedado más que clara, pero casi nadie dentro de la tripulación sabía si se trataba por alguna razón en particular o, simplemente, se trataba de una de las muchas manías que tenía el humano. Desde luego, Red no la conocía. Al igual que él tampoco habría podido llegar a pensar que existía alguna relación entre ellos y una de sus tripulantes más veteranas.

Se había quedado en silencio, aún tras las preguntas de la muchacha, aún con aquella mirada severa y el ceño fruncido.

- Nada. - Soltó los hombros de Red y se dio la vuelta, rompiendo el silencio imperante y caminando hasta una de las pantallas del ordenador de la cabina. Pulsó algunos botones, y tras ello, centró de nuevo su atención en la informática. - Es tu decisión, no voy a impedírtelo. Solo espero que escuches mi consejo, ya no como tu antiguo capitán, sino como tu amigo.

En la pantalla, se mostraron algunas noticias relacionadas con Cerberus que, por alguna razón, Winters parecía recopilar. Era su terminal privada, teóricamente provisto de un servidor privado, y aunque dudaba de que alguno de los tripulantes hubiera intentado piratearlo, tampoco le importaba demasiado. Las noticias se centraba, especialmente, en las que se repartían en colonias humanas y por parte de la Alianza, así como algunas de otros sistemas controlados por razas alienígenas. Las diferencias entre una y otras eran notables. Lo que bien podía parecer un movimiento trasgresor y rebelde por parte del grupo paramilitar se trataba en realidad de un atentado terrorista en toda regla.

- Con esto no quiero demostrarte nada, solo quiero enseñarte que no hablo en vano. Puedes leerlo todo si quieres, aunque será información que ya sabrás. - Se alejó de la mesa y recorrió la distancia que le separaba de la puerta, que accionó y se abrió automáticamente. Antes de cruzar el umbral, se detuvo de nuevo. - Solo una cosa más, y esto tienes que prometérmelo. Nunca, bajo ninguna circunstancia, les hables de los tripulantes de esta nave o de mí.