La eterna noche [24/05/2179] - Desconocido

Soltó un sonoro y distorsionado bostezo, seguido de un estiramiento de brazos por la superficie de la nave, dejando patente el aburrimiento al que estaba siendo sometida. Odiaba tener que esperar sin nada más que hacer que el de ver una lucecita iluminando un aburrido planeta.

- Habrán tenido que parar para que Orphen se cambe el palo que tiene metido en el culo. - Volvió a bostezar, aunque esta vez cruzó los brazos mientras lo hacía y apoyaba todo el peso de la espalda en el casco de aquella nave ruinosa. - Si no encuentran nada, te juro que ato a Red a la primera roca y la abandono aquí. Ni siquiera sé lo que estamos buscando. Cuando empieza a hablar solo oigo blablabla y acabo pensando en lo que me apetece ir al bar de la nave. - Apartó la nieve que se iba depositando en su traje y volvió a cruzar los brazos.

Miró a Iser y se acercó en un par de pasos. - ¿Estás poniéndole una mira de cuatro aumentos a tu M-29 Incisor? - Soltó un suspiro de reproche. - ¿Esperas acertarle a algo a poca distancia o tendré que salvarte el culo como siempre? - No podía negar que aquel Drell podía darle a un salariano entre los ojos a varios cientos de metros de distancia, pero a corta siempre había dejado algo que desear por su necesidad de llevar siempre un rifle de francotirador fuera a donde fuese. Pese a esa debilidad, sabía que si tenía que confiar en que alguien le cubriera la espalda, era sin lugar a dudas uno de los mejores candidatos de la Valkyrie.

Soltó un sonoro suspiro ante la frase de su compañero, seguido de una falsa carcajada. - Cuando mires directamente a los ojos de un Krogan y no desde tu mirilla, te daré el punto sobre quién salva a quién. Porque como sigas así, acabarás disparando desde la Valkyrie. - Se colocó de cuclillas y comenzó a jugar en la nieve, haciendo círculos con su dedo y acabando con dibujos obscenos que sacaron un par de sonrisas a Isher.

Desconocía el objetivo de estar en aquel sitio, lo cual sumado a lo inhóspito del lugar y a la falta de luz, le parecía una de las misiones más aburridas a las que se había enfrentado, y eso que su experiencia contaba con muchos años de actividad en ese tipo de negocios. Si de algo estaba segura, es que al menos tanto Jason como Orphen, deberían de estar pasándolo mejor que ellos y en mejores condiciones. Sin contar por supuesto con la que les había mandado a aquel lugar.

Su mente rondó por un par de crueles bromas que podría gastar a Red, antes de ser enviadas al olvido por las frases de su acompañante.

Asió la escopeta y activó el dispositivo que la anclaba a su espalda, saliendo esta sin apenas oposición y recolocándose automáticamente. Pulsó el botón de activación y la apoyó frente a sí para apuntar hacia la zona oscura que contemplaba su compañero.

- ¿Qué clase de compañía tenemos? - Por el tono de voz de Isher, sabía que difícilmente se trataba de algo amigable. Lo que si que ignoraba era de si se trataba de animales de aquel planeta, de supervivientes de la nave que estaban desvalijando o de algo mucho peor.

Odiaba aquel lugar desde el primer paso que había dado fuera de la Valkyrie. Lleno de nieve. Siempre a oscuras. Con un frío que traspasaba hasta su traje medioambiental. Y además con criaturas con las que no podía practicar su puntería porque ni siquiera llegaba a verlas. Estaba sin lugar a dudas siendo una de las peores paradas desde Metgos.

Maldijo a Red por lo bajo y colocó la espalda en el caparazón de lo que quedaba de nave. - ¡Entra! - Esperó a que Iser se colara por el agujero que había servido de entrada tanto a Orphen como a Winters, y seguidamente lo siguió de espaldas con la escopeta en alto.

Si de algo estaba segura era de que los sonidos provenían de algo grande y rápido, por lo que estar dentro de la nave les daba una ventaja que no poseían fuera de ella. Además de que su escopeta rentaba más en sitios como esos que en pleno aire libre donde ni veían lo que se les acercaba, ni estaban seguros de que fuera orgánico.

Apoyó la escopeta en su hombro y activó la omniherramienta de su brazo izquierdo. - Jase, tenemos un ligero problema... - Esperó unos segundos sin recibir respuesta, tras los cuales golpeó el holograma repetidas veces contra la pared metálica que los rodeaba, como si aquel gesto fuera a arreglar algo. - ¿Tienes señal? - Apenas veía la figura del Drell, la cual, gracias a la luz que habían dejado fuera proyectaba una sombra en la pared que daba un aspecto realmente siniestro.